25 diciembre 2007

Todo bajo control

Acrílico sobre tela. 50x40.
Hacía bastante no pintaba en tela. Resultó una experiencia catártica y muy gratificante.
La pincelada cargada, los bordes sinuosos, las texturas y olores,
el agua cada vez mas oscura, los resultados imprevistos. El enchastre, la materia, sigue superando cualquier expresión digital. La foto no es muy fiel pero alcanza por ahora. Veré si puedo conseguir otra.

Feliz navidad.

"It was late November, I think, and I was thinking about the whole Christmas thing: the birth of Christ, the Wizard of Oz, family murders, and quite frankly, I was depressed." Joe Harper en Midwinter's tale.



ps: noté que es la tercera (o cuarta) pintura en la que pongo una mujer con los ojos cerrados, cosa extraña con lo que me gusta hacer ojos. Relacionándolo con el post anterior de las miradas, resulta muy significativo no?

09 diciembre 2007

Miradas.

Me fascinan las miradas. Siempre lo han hecho. Desencadenan en mí profundas pero sutiles energías, poderosos mecanismos emocionales y una diversidad de estados que me gustaría detallar.

En ocasiones, quedé sostenido EN una mirada, cariñosamente atrapado, seguro pero a sólo milímetros del suelo. He viajado y recorrido mundos imposibles con una mirada. Más de una vez, dificil olvidarlo, me he disuelto con una mirada. También por encontrar una mirada, el mundo ha desaparecido, se ha vuelto borroso, difuso. Con ese hallazgo imperfecto se han detenido pulsaciones, expandido cuerpos, dilatado poros, incrementado temperaturas. Parece el más "intangible" de los sentidos, y sin embargo, es tan profundamente cuerpo en sus efectos...

Conocí miradas que sonrien. Miradas que reprueban y censuran.
Miradas que acarician. Miradas de fuego. Miradas de hielo. Miradas que transportan, miradas viajeras, acróbatas, nómadas, granjeras, y claro que si, miradas de colores.

Hay, también, intensidades en la mirada. No son los ojos. No es su forma ni su color. Es una fuerza intangible que está detrás de las órbitas, o alrededor, que la mirada convoca y dirige. Fuerzas que no caben en un cuerpo.

Pensaba también que la mirada tiene gran parte de su fuerza, magia y hechizo, en que siempre se trata de un encuentro. La dualidad emisor-receptor no tiene nada que hacer acá. La mirada ES encuentro. Es cruce. Que sea abrazo o choque, garra o caricia, dependerá del tipo de encuentro que logremos.

Quizá sea por esto que no puedo pintar miradas. No puedo capturar sus potencias, sus efectos; lo que pueden, lo que hacen. Lo intento pero sólo consigo ojos, formas sin fuerzas. Pensaba ilustrar esto con un par de ojos que aún a veces me persiguen, cuando bajo la guardia, cuando el pasado parece hincharse y hacerse presente. Ojos grandes, profundos, brillantes, abisales, café.

Pero en este caso, odio la palabra ilustrar. Tiene un sospechoso hermanazgo con ejemplificar.

01 diciembre 2007

Ego

Un poco de ego no viene mal. Aquí, experimentando con unas fotos, que tomé cuando el sol se filtraba por la clarabolla del baño, recortando claros fuertes, sombras y bordes agudos. Pensaba usarlas como referencia, pero en cambio decidí pintarlas encima. Las pinté hasta que casi desaparecieron, pero bueno, la honestidad ante todo; esta vez las fotos quedaron debajo, no fueron una simple referencia. Hace poco me sugirieron: rompé los fondos.
Y en eso estoy. Creo.