Me resulta difícil medir progresos. Sin embargo, creo que estoy navegando sobre aguas favorables. He aquí un nuevo óleo, para variar sin terminar. Los retratados, mi papá y Yolanda. Por suerte no ven el blog, con lo cual al terminarlo quizá pueda hacer un regalo sin arruinar la sorpresa, je.
En el medio se sucedieron tres estudios, tres ejercicios que me resultaron sorprendentemente útiles. En otro post comentaré sobre la -al menos para mi sorprendete- utilidad de las naturalezas muertas (cosa graciosa, en ingles se dice still-life, ya lo analizaré algún día), algo que hasta hace poco me negaba sistemática y fervorosamente a hacer.
Óleo sobre tela - 60x70cm
En este último tiempo (poco mas de 2 meses?) algo extraño (pero genial) fue sucediendo:
1. La ley de los contrarios u opuestos excluyentes que enunciara allá por enero, que rigió mi vida por años, se hizo añicos. Si si. Ambas cosas por primera vez se dan juntas y se potencian entre si. Mi sorpresa y gratitud, a flor de piel.
2. Estoy dibujando y pintando y aprendiendo más que nunca. Llego del trabajo, y a dibujar. Un estudio, un boceto, una pintura. Adicionalmente, estoy leyendo mucho sobre el tema y descubriendo cosas que no sospechaba sobre cómo funcionamos cuando dibujamos, formas de aprender y mejorar, etc. Se ha producido un circulo virtuoso entre los siguientes elementos: comencé a estudiar pintura (yess!), mis propias clases de dibujo, y mi propia producción.
3. Estoy haciendo lo que quizá sea una regresion a mis raices: realismo socialista viejaaa!!
Por todo esto, aquí una muestra: un oleo sobre tela (en progreso, por supuesto) y un sketch a lapiz de Linki.
Los pintores realistas son el proletariado artístico.
He dicho.(desarrollo, aquí)
