12 mayo 2009

No se dibujar

"No se dibujar, ¿para qué intentar aprender dibujo?"
Ésta, sépanlo, es una gran mentira. Es algo más o menos equivalente a decir: "No estoy en estado físico, ¿para qué voy a ir al gimnasio?"


Todo el mundo, y lo digo con mayúsculas y colores rutilantes, TODO EL MUNDO PUEDE APRENDER A DIBUJAR. Lo compruebo una y otra vez, con todos y cada uno de mis alumnos, quienes en su mayoría tienen entre 25 y 50 años y jamás habían dibujado antes (salvo en aquellos gloriosos días de infancia, cuando no teníamos miedo a equivocarnos, a ser juzgados, y mostrábamos cualquier producto que saliera de nuestras manos con orgullo de eximio artesano).

¿En qué consiste aprender a dibujar?
Si bien la respuesta puede variar de persona a persona, por sus búsquedas individuales, inquietudes e intereses, en un plano general, aprender a dibujar consiste básicamente en dos cosas:

Por un lado, y esto representa un 15% cuanto mucho, una mínima gimnasia de la mano y de familiarizarse con los materiales. Pero en segundo lugar, y mucho más importante, aprender a dibujar es aprender a ver. O mejor dicho, re-aprender a ver. Devolver a la mirada ese momento pre-simbólico, cuando el lenguaje no le había puesto equivalente a las cosas que nos rodeaban (simbolito de arbol, simbolito de persona, simbolito de casa…). En otras palabras, aprender a ver allí donde ahora predominan los NOMBRES de las cosas, espacios, formas, recorridos, ángulos, luces y sombras.

Hay un tercer ítem, pero que hace referencia a las búsquedas personales.
Y es, por supuesto, el nivel de la expresión. Eso, mis amigos, es interno. Puede abonarse, pueden prepararse las condiciones, pero como las plantas, no las hacemos crecer, sino que crecen ellas.

Y lo mejor para lograrlo es, justamente, preparar el terreno para que, un día, por propia fuerza, surja nuestra voz.


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Hoy puedo decir con orgullo y alegría que he visto progresar increíblemente a todos y cada uno de mis alumnos, casi todas ellos sin ninguna experiencia previa, de edades y backgrounds muy disímiles. Y descubrir, o redescubrir, junto con ellos, el placer de darse un tiempo apartado de todo, para simplemente escuchar el ruido del lapiz contra el papel, viendo cómo en donde nada había, aparece lo que imaginamos.

Para más info, ver qué cosas vemos en clase y conocer trabajos de alumnos, acceder al Taller de Dibujo y Pintura

Contacto: arielgulluni@yahoo.com.ar